El Momento de América Latina: ¿Puede la Región Liderar el Futuro de la Energía Renovable?
- Adrian Rivodeaux
- 4 may
- 3 Min. de lectura

Imaginemos un mundo donde América Latina y el Caribe no solo siguen la corriente de la transición energética, sino que marcan el ritmo. Ese mundo no está lejos. Hoy en día, más del 60% de la electricidad en la región proviene de fuentes renovables, más del doble del promedio mundial. Desde las extensas llanuras soleadas del norte de Chile hasta los corredores de viento en Brasil, la región rebosa de potencial. Con reservas de litio de clase mundial y el cobre esencial para la electrificación, América Latina no solo tiene recursos, tiene influencia.
La pregunta no es si la región puede liderar, sino si lo hará.

Los engranajes ya están en movimiento. Costa Rica opera regularmente con casi el 100% de electricidad limpia. México está aprovechando su potencial geotérmico, y el auge de la energía solar distribuida en Brasil pone el poder directamente en manos de los ciudadanos. También hay apuestas audaces: Chile y Uruguay están invirtiendo fuertemente en hidrógeno verde, con proyectos diseñados no solo para uso doméstico, sino para exportación. Con iniciativas regionales como RELAC apuntando al 80% de energías renovables para 2030, hay un sentido compartido de urgencia.
Pero también hay obstáculos. Políticas heredadas, marcos regulatorios obsoletos y entornos de inversión inconsistentes están ralentizando el impulso. Algunos gobiernos siguen atrapados en dependencias de combustibles fósiles. La continua protección de Pemex por parte de México, por ejemplo, ha introducido incertidumbre legal y financiera que ha ahuyentado a inversionistas importantes. En otros lugares, los conflictos ambientales y sociales en torno a proyectos mineros nos recuerdan que las transiciones energéticas deben incluir, no pasar por alto, a las comunidades locales.
Ahora viene el giro: esta historia no trata solo de infraestructura o políticas. Se trata de las ciudades. El sistema de autobuses eléctricos de Bogotá y el impulso de Ciudad de México por la energía solar en los techos apuntan a algo más grande. Estos no son proyectos piloto; son señales tempranas. Los centros urbanos pueden convertirse en los verdaderos motores de la transición, no los gobiernos nacionales. Las ciudades tienen la urgencia, la escala y, cada vez más, las herramientas para moverse más rápido que los sistemas que las gobiernan.
A medida que este movimiento crece, se necesitará un tipo diferente de liderazgo. No solo políticos o ingenieros, sino navegadores: firmas y pensadores que puedan conectar la inversión con la implementación. Aquí es donde grupos asesores como LuzLatam tienen un papel que desempeñar. Su valor no radica en promover la última tecnología, sino en ayudar a gobiernos y empresas a sortear la complejidad, centrar la equidad y alinear el capital con la magnitud del desafío.

Aun así, el progreso es frágil. La región necesita más de 400 mil millones de dólares en inversiones energéticas para 2040. Dieciséis millones de personas aún carecen de electricidad. Y aunque el litio y el cobre son claves para el futuro de la energía limpia, también son puntos críticos de tensión geopolítica y ambiental. China ya ha hecho avances significativos en minería y energías renovables en toda la región. Si América Latina no afirma el control sobre sus propias cadenas de suministro, corre el riesgo de repetir viejos patrones: ser rica en recursos, pero pobre en resultados.
Esa no tiene por qué ser la historia.

Hay una oportunidad aquí, y es más grande que la energía. Si la región juega bien sus cartas —empoderando a las ciudades, alineando el capital e insistiendo en un crecimiento inclusivo— no solo podría impulsar la transición energética, sino redefinir su lugar en la economía global. América Latina no necesita imitar a Silicon Valley o Shenzhen. Puede trazar su propio camino.
El mundo está observando. Lo que suceda a continuación dependerá de la imaginación, la coordinación y la voluntad.
Post by Adrian G. Rivodeaux, Founder at Luz LATAM
@adrianrivodeaux
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